top of page

CAROLINA VAN WAEYENBERGE

Artista sensorial. Paisajes olfativos.

Carolina Van Waeyenberge, arte sensorial

Los olores son moléculas suspendidas en el aire.
Se evaporan a distintas velocidades.
Un perfume es un intento porque no se vayan.
Hay una parte hermosa: combinarlas para lograr fragancias cautivadoras.
Otra, menos interesante, dejarlas encerradas en un frasco.
Yo hago arte a partir de su libertad.

mini_paisaje_olfativo_vertical.png

Paisajes olfativos: el arte de Carolina Van Waeyenberge

Estás parado ante un pasillo con delgadas estelas que se elevan a los lados entre plantas. Cada estela tiene en el centro una hendidura en la que debes acercar tu nariz.

Caminas y hueles. 

Descubres de inmediato que no tienes suficientes palabras para explicar el olor.

 “Huele un poco como arena”. 

Caminas. 

“Huele un poco como sal”. 

“Ahora sí se bien: este olor es de alga”. 

Caminar entre olores produce silencio. 

“¿Bloqueador solar?”. 

Y de pronto entiendes que tu incapacidad va más allá: 

El olor simplemente te rebasa. 

Sin saber cómo, sin entender por qué, estás pensando en aquel viaje infantil en el que fuiste feliz en el mar. 

Silencio. 

Screen Shot 2025-10-03 at 22.28_edited.jpg
CarolinaVanWaeyenberge.jpg

Carolina Van Waeyenberge: filosofía artística

Arte sensorial y conceptual que usa el olor para crear vínculos, despertar recuerdos y modificar nuestra relación con los espacios que ocupamos.

Obra: arte sensorial en espacios de referencia

Carolina Van Waeyenberge es artista mexicana, artista contemporánea, sensorial y conceptual.
Trabaja con paisajes olfativos que activan memoria y presencia. 
Ha presentado obra en Taller/Casa Luis Barragán, IBERO CDMX (2024), MUPE – Museo del Perfume, Museo del Chopo y Centro Cultural Los Pinos, así como en Francia en el Théâtre de la Ville de Paris. 
Inscrita en el arte mexicano contemporáneo, su investigación une olor y memoria, instalación y experiencia inmersiva.

"REFLEJO OLFATIVO" — CulturaUNAM, Centro Cultural Universitario (2025)

Un recorrido sensorial que combina conversación, arquitectura y perfume para vivir el CCU con la nariz. 

Estaciones aromáticas subrayan materiales y paisajes —madera, piedra, follaje— y el público camina entre pabellones mientras cada olor activa memorias personales mientras establece profundos diálogos en torno a conceptos como presencia, conciencia y espacio. 

Colaboración con el perfumista Nadjib Achaibou y el arquitecto Ignacio Pérez Certucha, con apoyo de Terra Cognita. 

Eje: arte sensorial, diseño olfativo del espacio y memoria compartida.

“No pasa un día en que no estemos, un instante, en el paraíso” — Taller/Casa Luis Barragán

Paisaje olfativo inspirado en una cita de Borges. 

Módulos de concreto con incisiones alojan los aromas; el público camina y huele, detonando recuerdos (“sal”, “arena”, “alga”) hasta activar memorias de mar e infancia. 

Eje: memoria y topografía del aroma.

“La falta, la falla, el fantasma” — MUPE, Museo del Perfume

Instalación con cuatro campanas/máscaras y perfumes creados para la obra. El visitante habita cada estación y atraviesa estados afectivos vinculados al duelo y la memoria. 

Eje: el olfato como lenguaje conceptual.

Activación — IBERO CDMX (2024)

Relectura de la pieza en campus. El dispositivo se adapta al entorno vegetal-urbano para involucrar nuevas audiencias. La experiencia olfativa provoca silencio compartido, conversación y comunidad. 

Eje: inclusión y presencia.

gotero2-chapultepec.png

cartografías emocionales

*

recordar

*

respirar

*

sentir

*

estar

5a1dc0429a1759000146d386_111317_10.jpg

Carolina Van Waeyenberge, paisajista olfativa 

Carolina Van Waeyenberge inventa experiencias con aromas donde sentir es un acto de resistencia: pausas habitables que recuerdan que hay otras formas de vivir, de ser, de mirarnos.

 

Sus paisajes olfativos convocan la curiosidad y el cuidado; invitan a descubrirse a una misma y, desde ahí, a empatizar con el otro—no por miedo ni por dominio, sino por amor, respeto, curiosidad y ternura. 

Aquí el trabajo sucede en un clima de afinidad y afecto como gesto radical frente al mundo hiperindividualizado. 

El espacio se vuelve materia sensible; la arquitectura conversa críticamente con el modernismo; el aire se vuelve lenguaje común.

La subversión es sencilla en el arte sensorial de Carolina Van Waeyenberge: respirar juntos conmovedoras fragancias hasta que la memoria abra una puerta y nos revuelva, ligeros, en su hermoso misterio.

bottom of page